Amado mio
Después de tres largos meses regresé, mi antigua casa ya no tenía rastros de mí, mi ropa, mis perfumes ya no estaban y hasta la forma en la que acomodaba los cubiertos en el cajón había sido modificada, lo extraño era que yo seguía sintiendo ese lugar como mi hogar, la cama me daba sueño, sentarme en el mueble me relajaba, amaba la brisa que entraba por el balcón y la inspiración que resultaba en mi ex escritorio. En mi nuevo hogar no quería comer, ni dormir, no pasaba mucho tiempo en él, supongo que de esa manera seguiría sintiendo que estoy en unas vacaciones que aún no terminan, que mi amado, mi perrita y mi casa estarían a mi espera, quería seguir siendo ingenua, y creer que mi cuento de hadas no se había acabado, que mi caballero de armadura seguía protegiéndome y que sus ojos solo veían luz y felicidad asociadas a mi nombre. Pero la vida no paraba de darme golpes con la realidad, y mis constantes sueños de él en los brazos de otra, me torturaban y me hacían querer hace...